Emociones específicas como el miedo, deberían tener un estatus privilegiado en la historia de la evolución, teniendo en cuenta que gracias a esta emoción las personas pueden reaccionar y hacer frente a situaciones amenazantes, tales como la presencia de depredadores o miembros dominantes de la misma especie, y situaciones peligrosas, como comida podrida, agua estancada o cosas similares que podrían contener algo contagioso.
El miedo es sinónimo de supervivencia, además permitió al hombre durante siglos, la posibilidad de su perpetuación. Es lógico que el hombre de las cavernas hubiera tenido bastante miedo de los depredadores, por tal razón; sus necesidades fisiológicas básicas, como el hambre y la sed, le hicieron prepararse al máximo, con respecto a condiciones materiales y psicológicas, con el propósito de hacer frente a sus rivales o depredadores.
Hoy te traemos una breve explicación de este proceso neurológico: El miedo depende de circuitos muy complejos relacionados con la amígdala, que es el cerebro primitivo. Las diferentes partes de la amígdala se comunican entre sí. Cuando estos circuitos se establecen en respuesta al miedo, la reacción tiende a perpetuarse de forma automática. Esto ya había sido estudiado en ratones, sin embargo, desde 1996 se han llevado a cabo experimentos con humanos que nos permiten conocer cómo almacenar recuerdos vinculados a la emoción del miedo. Ahora sabemos, por ejemplo, que el cerebro procesa la información relacionada con amenazas y el miedo, incluso cuando la persona no está pensando en eso y ni siquiera recuerda haber visto ninguna señal de peligro.
Esto significa que podemos llegar a acondicionarnos a ser presas; y por lo tanto reaccionar de manera inconsciente al miedo, olvidándonos de esta manera de una serie de comportamientos regionales. Desprogramar tales circuitos es algo difícil por dos razones fundamentales: primero, el miedo se almacena de una manera que es difícil de borrar de nuestros cerebros, y segundo; generalmente reaccionamos instintivamente a ese tipo de emociones (amenazas, miedo, terror, etcétera).
Muchos temores almacenados durante la infancia han sido guardados de manera inconsciente y duran para siempre si no se hace nada. Una vez que la emoción está conectada, se hace muy difícil poder desconectarla del pensamiento lógico. Por tal razón es tan complejo poder controlar nuestras emociones.
Advertencias como “Cuidado, Piso Húmedo”, “Apague Su Celular”; “Celular En Modo Avión”, inmediatamente crean cierto tipo de advertencia en nuestro cerebro, y es algo a lo que generalmente reaccionamos inconscientemente, dado que nuestro cerebro asume que podría ser peligroso para nosotros, y si no podría representar cierto tipo de castigo; algo a lo que también le tenemos miedo. Por lo tanto, las emociones, dado su carácter automático, pueden convertirse en un obstáculo en el momento de tomar decisiones conscientes basadas en la racionalidad.
El miedo es parte de la mente cognitiva, como todas las emociones, y participa plenamente en la toma de decisiones. El respetaísmo médico Albert Schweitzer, quien fuera Premio Nobel de la Paz en 1954, solía decir que "La felicidad simplemente consiste en que tengamos buena salud y buena memoria."
En pocas palabras, el temor es lo que le permite al hombre poder sobrevivir cuando algunas situaciones se tornan difíciles en la vida cotidiana, y puede ser causa del resultado de experiencias malinterpretadas.
El miedo puede hacer que las personas sean presas de algo en específico que en realidad no represente mucho peligro; sin embargo se debe tener cuenta entonces que meramente hace parte de la supervivencia. Y cuando vemos que hay personas con miedos inexplicables; entonces tenemos que mirar sus pasados para poder hallar la razón de dichos miedos.
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