Jack Clements era un chico joven y sano de 17 años que jugaba al football americano en una universidad de Texas. Un día mientras estaba corriendo en una de sus clases colapso y fue llevado a un hospital. Allí lo declararon muerto, pero tras 20 minutos volvió a la vida. Lo que le contó a sus familiares mientras estuvo en ese período dejó a todos con la boca abierta.