Joan Cheever ha estado dándole comida a las personas habitantes de la calle en San Antonio, Texas, cada Martes durante los últimos 6 años. Ella prepara la comida en su restaurante móvil certificado, llamado The Chowtrain, transporta los alimentos en los contenedores aprobados y certificados por el departamento de salubridad, y lleva las cosas en su camioneta de uso personal, por razones de espacio, a cuatro lugares diferentes de la ciudad.
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Durante muchos años, se ha encontrado con incontables oficiales de policía, quienes han sido amigables y a veces han disfrutado también de los ricos y deliciosos platos que ella ofrece a los menos favorecidos.
Cheever le dijo a los medios locales “Yo le estaba sirviendo una cena caliente a los habitantes de la calle en el centro de la ciudad, cuando 4 policías en bicicleta llegaron, como tantas veces, pero esta oportunidad no tenían cara de muchos amigos, yo les pregunte ´cuál es el problema´ y ellos dijeron ´tú´.” Después de conversar con los oficiales, ellos le dieron una multa por no servir los alimentos directamente del camión que ella tiene. “yo les dije, ¿no pueden darme solo una advertencia? Y ellos dijeron, no, vamos a darte una multa. Tenemos ordenes,” dice Joan.
La señora Cheever fue multada por “infringir las normas sanitarias básicas públicas,” según cita la ciudad de San Antonio. “La multa fue hecha porque ella estaba sirviendo alimentos en la camioneta personal y no en el lugar permitido y reglamentado para operar,” así afirma el portavoz de la ciudad de San Antonio, el señor DiGalvan. Los autos de servicio de alimentos permitidos no pueden transferir su licencia de un auto a otro. El Departamento de Policía de San Antonio está trabajando en conjunto con el centro de desarrollo del centro de la ciudad, el departamento operativo, y el departamento de recursos humanos metropolitano para alentar a las personas que hacen este tipo de trabajo social, para que utilicen instalaciones seguras y de manejo eficiente.
“Haven for Hopes es el centro diseñado por la administración de la ciudad, para proveer a las personas en condición de mendicidad ayudas y refugio que suelen dar personas o instituciones voluntarias.” Desde esa noche, Cheever se consiguió un abogado y se negó a pagar la multa de $2.000. Y ha servido alimentos a los más necesitados de la misma manera que lo ha hecho siempre, los dos martes seguidos a esa noche. “Yo volví el Martes siguiente al parque y me encontré con cerca de 100 personas que sostenían velas en señal de apoyo,” dijo Cheever. “Esto no es solo de Chowtrain. Es acerca de cada cosa buena sin ánimo de lucro que las personas quieran hacer, pero son intimidados por $2.000 dólares de multa y un posible arresto. Así que simplemente vamos a seguir adelante.”
La multa impuesta a Cheever es uno de los tantos intentos de las ciudades por tratar de detener a las personas que quieren alimentar a otros en mendicidad. El año pasado un hombre de 90 años recibió una advertencia para que no alimentara a los indigentes en Florida. Según la coalición nacional de los indigentes, 31 ciudades a lo largo de la nación Norte Americana han prohibido el acto de compartir comida con los indigentes.
El concejo de la ciudad de San Antonio para la calidad de vida, se reunió el Martes para discutir la situación, y según la oficina de prensa de la alcaldía de la ciudad, es bueno que la señora Cheever de alimento a los más necesitados, sin embargo se le recomienda que lo haga con su vehículo registrado, lo cual no se acomoda a la practicidad. Sus cenas consisten en sopa de vegetales frescos, bolas de carne de cordero y postre. “Fui a a escuela de culinaria y me certifique en seguridad alimentaria,” dice ella, “Soy muy cuidadosa con la comida y es muy difícil para mí, leer que soy un riesgo para la comunidad, según el departamento de salubridad de la ciudad, además de ver que quieren pasarles barras de granola a los indigentes en vez de darles algo nutritivo como una sopa de vegetales.” Y agrega, “Pienso que es algo insultante y poco compasionado este tipo de normas, las cuales deberían de cambiar. No me voy a rendir y no voy a pagar la multa, no me voy a detener. Pueden venir todos los Martes y darme una multa, yo empezare a coleccionarlos.”